martes, 4 de enero de 2011

Los Berrinches


Podríamos decir que hasta acá, todo lo que tiene que ver con introducir normas,  formas de comportamiento, costumbres, resulta trabajoso pero uno mas o menos sabe como trasmitirlo. A mi parecer lo más complicado, al menos de manejar, suelen ser los berrinches. Cuando un niño se planta y empieza a los gritos o a desobedecer impunemente, nos solemos poner muy nerviosos, y en general reaccionamos con bronca, fastidio, “los queremos matar”.
Es esperable que los chicos tengan estas reacciones, comienzan a dar muestra de su personalidad, no es fácil comprender que el otro ponga limites a un “simple juego o a las ganas de comer un caramelito”, en todo caso ellos ven tan caprichoso nuestro No como sus propias ganas. Por eso el desafío es encontrar la manera de que los caprichos no sean una forma frecuente de expresión, sino una reacción excepcional y esperable de tanto en tanto.
¿Y cómo? 
 Deberíamos  tratar  que nunca logren su cometido con un capricho, porque de esa manera repetirían la conducta para conseguir lo que buscan, muchas veces por no escucharlo, o por evitar un papelón, cedemos, con lo cual le estamos diciendo que esa es una manera de conseguir lo que quieren, y seguramente lo volverán a hacer. Otras veces reaccionamos como ellos, les gritamos, nos violentamos, y tampoco suele dar mucho resultado, ya que es una situación sumamente angustiante y estresante para todos que suele generar culpas y  dejar un sabor amargo, que nos lleva a intentar reparar lo sucedido, con lo cual tampoco sirve.
Como en todo lo que concierne a la crianza, lo ideal es sostener la autoridad con calma y aplomo!! Por lo menos hacer el intento, frente a un capricho, deberíamos esperar que se les pase, dejarlos desplegar su bronca si no es desmedida, y mostrarnos firmes y con desaprobación. Si el niño no logra controlarse, muchas veces resulta que  sostengamos el No pero acompañado de un abrazo contenedor, eso los calma y no significa que estemos cediendo sino ayudándolos a canalizar esa furia que ellos solos, muchas veces, no saben controlar aun por si mismos.
Es muy importante que los padres estén siempre de acuerdo en què esta permitido y qué no, no es fácil para ellos internalizar prohibiciones si no están sostenidas por ambos, sin entrar en detalle de lo que significa que los Padres no coincidan en las posturas, ese es un capitulo aparte.